#ReconocimientoFacial #Activismo #Policía
Si bien países como Argentina continúan utilizando reconocimiento facial (RF) para vigilar a sus ciudadanos, otras ciudades -como San Francisco o Portland-, han tomado la iniciativa de prohibir los usos policiales de esta tecnología. Sin embargo, esta regulación no alcanza a los individuos, quienes al menos en Portland, pueden experimentar con aplicaciones de RF. Esto permitió que un residente pueda continuar con su “emprendimiento”: utilizar reconocimiento facial no para controlar a los ciudadanos, sino para que estos controlen a la policía. La iniciativa parte de un activista llamado Howell, que con la ayuda de la plataforma de Google, Tensor Flow, y con una base de datos de imágenes de redes sociales logró crear un modelo de machine learning para identificar a la policía que esconde su identidad en protestas y lograr así mayor transparencia y responsabilidad en su accionar. Algo similar a lo realizado por un grupo de activistas en Hong Kong el año pasado. Hace ya un tiempo, vemos noticias de empresas o gobiernos que utilizan reconocimiento facial y otras tecnologías para espiar a los ciudadanos. Pero, la misma tecnología puede revertirse y servir como herramienta para que las personas comunes controlen a los grandes jugadores. Casos como el de Howell nos recuerdan que estas tecnologías son herramientas y que la vigilancia que estas conllevan puede ser para un lado o para el otro. No obstante, el uso de reconocimiento facial sigue siendo predominante en gobiernos y grandes empresas.