Al igual que la llegada de los alimentos procesados, el advenimiento de la inteligencia artificial marca una nueva era, y si resulta ser bueno o malo para nosotros dependerá de su contenido. La diferencia es que, al ritmo con el que se desarrolla la IA, no tenemos 20 años, ni siquiera dos, para implementar medidas de seguridad. La buena noticia: las empresas pueden dar el primer paso y el más crítico para identificar el sesgo de IA dañino o inaceptable , y luego fusionarse rápidamente en torno a los principios que lo mitigan.